miércoles, 19 de junio de 2013

Meditación décima:

Gustavo Urquiza Valdez:

En lo más terrorífico de esta noche oscura mi alma se muestra firme e imperturbable, con el anhelo de abrazar la Conciencia Cósmica y tener una comunión plena con el Infinito. No pretendo ser dueño de la Verdad porque eso sería tan aburrido que no aprendería más que petulancias y sin sabores.
Quiero sentir el error y las confusiones porque del Caos emerge invencible un Orden y las vicisitudes forjan los grandes carácteres.
Soy ávido de penetrar en los Misterios y de ir por el Sendero de los Antiguos. Tal vez las claves y las formas sean muchas. Se me han comunicado algunas: el trabajo, el estudio, la perseverancia, la humildad, la alegría en medio de la aflicción, el gozo dentro de la tristeza.
Sea mi Templo Interior un refugio insondable para quienes deseen invadir mis estructuras y adueñarse impunemente de mis pensamientos.
Pero tengan en cuenta miedos y temores, que mi columna capital es Aquel que es el Autor del Universo.
Paz y bendiciones caigan sobre mi cabeza y ya que soy eterno, según mis creencias, les comparto de mis poderes para cabalgar briosamente sobre el corcel de la fuerza y la Valentía.

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