Pues lo mismo que el fuego está en todas partes, también lo está Dios con nosotros y en nosotros y a nuestro alrededor. Así somos hombres iluminados por Dios.
Padre Eterno, con humildad y respeto clamo a Ti para que me concedas la dicha de asimilar el simbolismo del fuego y la importancia que ha tenido en la evolución y el progreso de la Humanidad.
Aleluya.
Amén.
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